domingo, 31 de mayo de 2009

DESDE LA BAÑERA

Todo comenzó cuando ese rayo de sol, colándose intruso por la ventanuca de la pared del cuarto de baño, incidió en la bañera...o quizás antes, cuando había decidido que era tiempo de mimarse un poco y relajarse en un baño de inmersión.
Habitualmente se daba una rápida ducha, enjabonándose minuciosa con esa pastilla de aroma a jazmines que tanto le gustaba a Jaime. Ésa, que hacía que él, en los días que se encontraba en el departamento, viniese oliendo el aire como un león en celo, y, gruñéndole detrás de la mampara, la sorprendiera dibujándole arabescos con los dedos sobre su piel morena. Qué voluptuosidad le daba la sensación de sus manos fuertes deslizándose por su cuerpo y jugando a inventar figuras con trazos de la espuma jabonosa. No podía evitar lanzar al aire humedecido de la pequeña habitación su risa alegre. No podía evitar la tentación de darle besos mojados por todo su amado rostro y de abrazarlo fuerte, muy fuerte hasta obligarlo a compartir la ducha. Entonces comenzaba la repetida ceremonia de desvestirlo bajo el chorro de agua tibia hasta poder contemplarlo en toda su masculinidad mientras él iba colocando el champú en su largo cabello rubio y se lo lavaba con idéntica concentración mística con que un monje ora en un santuario. ¡Cielos!, dijo al aire, ¡cómo amo a ese hombre!
Pero hoy Jaime estaba lejos y ella disponía de más tiempo.
Había colocado el tapón para evitar que se escurriera el agua en tanto abría las dos canillas para acortar el tiempo de la impaciencia. Hurgó en un estante buscando las sales de baño aromatizadas con lavanda que se diluyeron inmediatamente al arrojarlas y agregó un chorrito de aceite de almendras. Un relampagueo color de noche oscura la hizo parpadear.
Se descalzó; el piso recibía una a una las prendas que se iba quitando hasta sentir su desnudez. Se miró en el alto espejo biselado e inclinando la cabeza sobre un hombro apreció la curvatura de su cuello modelado para el beso, acariciándose la incipiente pancita que tanto amaba su hombre. Después se hundió en el agua tibia y aromada, dejando que ésta la poseyera, hasta que sólo asomaba su cabeza.
Un suspiro de satisfacción acompañó el cerrar de sus ojos y se dispuso a relajarse sin pensar en los momentos que irían transcurriendo en esa somnolienta siesta de mayo.
Fue en ese momento que el rayo de sol había irisado las pompas de jabón que se formaban en la superficie del líquido. Algo cambió imperceptiblemente en el ambiente como si una misteriosa mano hubiese evaporado las paredes y un paisaje umbrío y palpitante se apoderase de cada rincón para ensombrecerlo; sólo el rayo de sol continuaba jugando a la mancha de colores con las esferas de jabón que comenzaron a aumentar de tamaño y a danzar en el espacio infinito que la mantenía prisionera. Abrió con asombro cada vez mayor sus ojos porque cada pompa de jabón se convertía en un pequeño escenario donde se desarrollaban diferentes escenas de su vida: calidoscopio de fotografías animadas que, en sus coloridas viñetas, le permitieron apreciar simultáneamente su historia personal. Todo su pasado estaba contenido allí. Fascinada no podía apartar los ojos de la improvisada danza. No supo cuántas horas había transcurrido en la hipnóptica contemplación de los recuerdos. Después notó que las imágenes felices, los momentos más gratos eran los primeros que se desvanecían. Entonces pudo recordar las penas más profundas, aquellas que creía sepultadas para siempre y que hubieron de marcar cicatrices olvidadas en el tiempo.
Algo amorfo, como una telaraña de manos que surgían de las pompas de jabón pretendían alcanzarla no ya para dibujar los graciosos arabescos de su Jaime sino para desgarrar su piel con extraños y dolorosos tatuajes. Intentó gritarles que se alejaran pero su garganta no emitía sonido alguno. La maraña de dedos serpenteantes se acercaba cada vez más...la acorralaba contra el fondo de la bañera. En la desesperación para evitar ahogarse fue retrocediendo contra las canillas, arañándolo con sus uñas. En un instante sus dedos tropezaron con el tapón que impedía al agua su fuga y tiró de él con vehemencia. Rápidamente el cuenco comenzó a vaciarse y las pompas de jabón estallaron en el aire... pero igual ella sentía cómo su cuerpo se estiraba, se elastizaba, se desdibujaba, se diluía para finalmente escurrirse por las cañerías junto al borroso líquido aromado a lavanda y almendras.

Jaime nunca supo cuándo ni por qué lo había dejado en completa soledad su niña del alma...Tampoco se explicaba la misteriosa razón por la cual el aroma a jazmines que ella tanto amaba persistiese en el cuarto de baño cada vez con mayor intensidad a pesar del paso inexorable del tiempo.

Haydée Norma Podestá - (Rosario, 28/ 05 / 09)

jueves, 28 de mayo de 2009

SILENCIO...SILENCIOS

El silencio.
Extraña abstracción del alma
humana
nominando
una situación inexistente.
Silencian sus voces
en alternativas de intervalos
momentáneos
los productores mundanos
de ruidos
de sonidos
de golpes
de vibraciones
inquietas
mutantes
agudas
informes
o casi casi
silenciosas.

Los silencios.
Vívidas realidades
de la condición humana
señalando
la ausencia de palabras.
Callan las palabras
enmudecen
se ensordinan
se destiñen
se pierden
desaparecen
desvaídas
en inexistencias
vacías
dolorosas
fugaces
temerosas
inmensurables
o poco a poco
perpetuas.

¡Ay! Cómo amo
el silencio vivo
de los atardeceres
cuando el aire
-pendiente de la noche
que jinetea el día-
se suspende ingrávido.

¡Ay! Cómo me duele
el mortal silencio
de las respuestas
cuando el alma
-pendiente de la palabra
que el amor riega-
se queda muerta.

No bastaría entonces
toda la masa líquida,
aún de mundos perdidos
ignotos
lejanos
para abrevar la sed
-la terrible, ardiente,
sedienta sed-
de saberme amada
rubricando
el universo del no silencio
de las palabras.

Haydée Norma Podestá
(Rosario, 16/10/07)

martes, 26 de mayo de 2009

DESEOS PARA TU DESPERTAR

Los dedos del día me despiertan
y mi pensamiento
-paloma en vuelo hacia ti-
recuerda cada gesto tuyo
mínimo
insondable
impredecible
tierno
ardiente
íntimo
para recrear
tu presencia amada
viva
celular
sanguínea
etérea
envolvente
espiritual
presente eterno
encarnado en mí.
Mis labios
aún trémulos
por la memoria de los tuyos
se entreabren
se humedecen
sonríen
murmuran
quedamente en tu ausente oído
mi deseo
siempre repetido:
que seás feliz
que te cuidés
que la pena no te roce
ni la tristeza te invada
que te colmés de alegría
y te posea la risa
cada hora
cada minuto
cada instante
y que en cada mínimo presente
la bendición de Dios
te alcance.

Haydée Norma Podestá
(Rosario, 09/06/08)

lunes, 25 de mayo de 2009

SONETO V

Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aún de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.

GARCILASO DE LA VEGA

Un bellísimo soneto del poeta del Siglo de Oro considerado uno de los escritores en español más grandes de la historia. Nos hermanamos a través del tiempo porque refleja mis sentimientos. Milagros de la poesía, acercar corazones tan separados en el tiempo.

COPLAS DEL CAMINANTE



Las coplas del caminante
son alegres y son tristes.
La tristeza me acompaña,
la alegría me despide.

Llegar y partir llegando
ése es mi triste destino.
Reir, mas reir llorando,
por los amores perdidos.

¡Ay coplita plañidera
por no estar atada a un dueño!
Si cuando llego, ya parto;
si casi partiendo llego.

Tener siempre el corazón
dividido en dos amores:
del que me alejo llorando
al que me aguarda risueño.

¿Dónde quedarán mis huesos
cuando el camino se acabe?
¿Habrá ojos que me lloren?
¿Habrá boca que me llame?

¿Quién lamentará mi ausencia
cuando en la tierra descanse?
¡Tanto amor por el sendero
y al final, solo, sin nadie!

Coplitas del que camina
las huellas de los paisajes...
Otros dejaron las suyas,
yo voy sembrando mensajes...

No olviden al que en la vida
siempre llega y siempre parte.
Algunos son roca inmóvil;
río en marcha, el caminante.

Con mi cantar me despido
que me despido cantando...
El que canta mientras sueña
¡ jamás morirá llorando !
Haydée Norma Podestá















domingo, 24 de mayo de 2009

"PATA DE PERRO"


Carreteaba la autopista a Santa Fe agradeciendo por poder dormitar un rato en el asiento.

Un día cálido de esplendoroso sol demoraba el verano que no se decide aún a dejar paso al otoño; sólo algunos fresnos se han animado a los amarillos y marrones , el resto de los árboles permanece inmutable como no queriendo darse cuenta de que casi casi estamos entrando al invierno.

Una hora antes, dándome escaso margen de tiempo para abrir la puerta pues regresaba del gimnasio, había recibido una llamada de mi yerno; me daba quince minutos para cambiarme y alistar una cartera, pues partía hacia la capital de la provincia a una regata y me pasaba a buscar con mi hija.

Con el sol besándome los párpados y el arrullo del motor en los oídos, los recuerdos de otros viajes me abrazaron para adormecerme.

Mis primeros viajes fueron a través de la lectura de los libros . Desde los seis años comencé a viajar al centro de la ciudad para asistir a la escuela Normal Nº 1 y apenas aprendí a leer acompañaba el largo trayecto diario con la lectura de algún libro, libro que continuaba conmigo al regresar a casa, compañero inseparable de mis desvelos hasta muy entrada la madrugada para poder terminarlo, cuando, dado el beso de buenas noches a mi familia, me aislaba en mi dormitorio cerrando perfectamente los postigos de las antiguas puertas vidriadas para que no se filtrase algún rayo de luz delatador. Libros que me llevaban por los sitios más increíbles de este mundo fabuloso de mi niñez de la mano de Sandokán, el Príncipe Valiente, el Corsario Negro, el rey Arturo y tantos personajes y autores como cayesen entre mis manos. Entonces soñaba con vivir viajando continuamente cuando fuese grande...y el hacerlo tenía las mismas posibilidades que cualquiera de las salidas que realizábamos cuando mamá nos llevaba "de visitas" a casa de familiares y amigos. Después, la vida se encargó de mostrarme que, para mí, no iba a ser sencillo viajar tanto como lo había hecho con mi imaginación. Sin embargo, no puedo decir que no he ido recorriendo senderos en este camino de mi vida.

Mi destino me impuso por un lado los viajes de traslado: de Fisherton al centro de Rosario; de Monte Buey (Córdoba) o de Correa (Santa Fe), lugares de residencia en etapas de mi existir, a mi casa natal; los fines de semana, por las localidades aledañas, Funes, Roldán, Carcarañá, Cañada de Gómez; Cruz Alta, Arteaga, San José de la Esquina y tantas otras que se agolpan en la mente, como las que recorrí en mi época de dirigente gremial que me llevaron a andar por todo el centro y el sur de mi provincia. Están los lugares de mi país a los que vuelvo habitualmente, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Merlo. Aquellos que recorrí en vacaciones en Argentina, en Chile, en Brasil, en Uruguay.

Nunca sé cuando amanezco adónde me pueden llevar las horas del día por más que tenga una rutina de obligaciones que cumplir. Porque basta que me diga alguno de mis hijos o de mis amigas, "¿ venís?...viajo a..." que antes de saber dónde ya estoy diciendo "¡vamos!!" y en quince minutos estoy preparada para salir adonde sea, tal es la práctica que me ha dado la experiencia de los viajes que no necesito ni mucha ropa ni mucho tiempo para alistar todo lo mínimo necesario.

Pero los viajes que más me gustan son los que programa mi hija, que salió con una capacidad de orden, organización y precisión con la que yo no cuento. Claro, yo le digo a los chicos(mis hijos)que soy "bohemia" a lo que ellos me responden de muy buen humor "mamá, vos sos despelotada" . Pero, en mi desorden organizado, jamás pierdo las cosas...y todo aparece en el momento justo. Reconozco que es uno de mis propósitos permanentes y que, con los años, tengo todo mucho más ordenadito, pero me sucede como con el tiempo, mis concepciones personales sobre ambos no comulgan con las de la mayoría de la gente.

Decía que son los viajes que más me gustan porque además de cuidar todos los detalles y procurarse información sobre itinerarios, lugares turísticos y alojamiento y tener todo resuelto a la hora de partir, siempre me los comunica a último momento y me ha dado la sorpresa de llevarme a conocer algunos de los sitios de este mundo que yo soñaba en mi niñez. Una semana, antes de partir (por suerte , mi pasaporte siempre está actualizado) a recorrer algunos puntos de Europa y a terminar en Nueva York; un día para prepararme a ir con ella con sólo una mochila en ómnibus de larga distancia, parando en hostels, a recorrer el sur hasta Usuhaia; media hora para salir en auto a conocer las costa brasileras, son ejemplo de los límites de tiempo que le concede para preparativos a mi pasión de moverme por el planeta...y eso que no vamos a poder viajar todo lo que hubiésemos deseado hacerlo juntas. Pero cómo doy gracias por tantos momentos compartidos, las dos solas, de cara a la naturaleza, charlando de tantas y tantas cosas.

Como una racha que llega del pasado, las palabras proféticas de mi madre, las que usaba para referirse a quien estaba siempre yendo de un lugar a otro, "pata de perro", chispean en mi memoria...porque reconozco que soy "pata de perro" y que si llegara a haber un cataclismo, poco probable es que sea el techo de mi casa el que se desplome sobre mí. Seguro que me va a encontrar en otro lado...Porque es como digo frente a cada salida con mi mejor sonrisa...demasiados años voy a pasar después acunadita en los brazos de la Pacha Mama, cuando los que me quieren me lleven a esa parcela del Parque de la Eternidad que está a mi nombre.
Haydée Norma Podestá

sábado, 23 de mayo de 2009

NOSTALGIA II

Pampa verde...
Reverbera el sol sobre el camino
gris de asfalto.
Mi mente vuela hasta encontrarte...
Mi mente sueña hasta acercarte...
Gris
tu mirada se eleva
del polvo... en un árbol que se acerca
se acerca tu presencia
y pasa.
Cada instante
me aleja de tu lado.
El camino sigue largo...
largo...
largo...
¿Dónde ir?
Llorar
hasta encontrar la paz dorada
de la infancia.

Haydée Norma Podestá
(Villa Cañás, 18/08/61)

NOSTALGIA I

Es una noche blanca.
Una de esas noches para que sueñe el alma.
El espíritu
se aroma de jazmines
y mi mansa mejilla
se posa
lánguidamente
sobre la palma.

Una estrella titila.
¿De quién será ese alma
que me llama?

Un velo
enturbia mi mirada.

Hay fantasmas
en recuerdos olvidados.

Llora el alma...

Un beso de brisa
refresca
la pesadilla de mi frente cárdena.

Hay un un rumor que calla.

Un suspiro...

Una lágrima...

Haydée Norma Podestá
(Rosario, 19/06/61)

PAZ

Me encuentra la tarde
perdida en el vacío.
La soledad me abruma;
aquí, en torno mío,
vagan sombras lejanas
y momentos perdidos...

A lo lejos canta un gallo
al sol que, mortecino,
envuelve en luz dorada
la viña y sus racimos.
En la torre, la campana
canta con nuevos bríos.

Y a mi lado, las sombras
se elevan...¡ y río!...
¡Oh dulce paz al fin hallada,
qué tibio, qué dulce es tu nido!

Haydée Norma Podestá
(Lo rescato del libro"Esperanza", escrito a mis diecisiete años)

viernes, 22 de mayo de 2009

AMOR

Te amo.
Desde la profundidad visceral
de mis entrañas.
Te amo
con la punta de mis dedos
suavemente,
con la búsqueda salvaje
de mi boca.
Te amo
con mi cuerpo
y con mi alma.
Me emociono al saber
que eres mío
y yo soy tuya,
que el paso de los años
no nos daña,
que no acalla estas ansias de caricias
ni atempera el fuego de mi amor y tus deseos;
que, quizá, haya un largo futuro por delante
donde reine la palabra esperanza;
que, tal vez,
esa espera esperanzada de mis sueños
sea la realidad
de algún mañana.

Haydée Norma Podestá

jueves, 21 de mayo de 2009

IMÁGENES DE MI VIDA


Monumento Nacional a la Bandera. Detrás puede verse la cúpula de la Iglesia Catedral.
El Monumento se inauguró en el año 1957...y lo he vistado muchas veces, de paso, recorriéndolo en todas sus partes, llevando a mis hijos, a alumnos, asistiendo a recitales, a concentraciones políticas...Emplazado en las barrancas del Paraná, es parte vital de la historia de Rosario.



Los bellos jacarandáes, estos en la Avenida del Rosario, cercanos al Monumento a la Bandera, que ponen una nota lila en muchas calles de mi ciudad.


La Estación Rosario Central, antiguo punto de partida de los ferrocarriles interurbanos, hoy reemplazados por ómnibus de media y larga distancia.
Allí tomábamos el tren para regresar a Fisherton, cuando a medianoche volvíamos del cine con mis padres y mi hermano. Dieciocho cuadras a pie desde Avda Pellegrini, por calle Corrientes hasta llegar a ella. Porque papá pasaba las películas en el cine Esmeralda y una vez por semana regresábamos con él desde su trabajo.
Haydée Norma Podestá

SUEÑO DE RÍO

La lluvia caía mansamente sobre el follaje multiverde de los árboles.
Hasta esa mañana una pátina de polvo era el vívido testigo de los largos meses de sequía. Ahora, los besos húmedos de la lluvia habían deslizado su caricia refrescante sobre la sed ardiente de las hojas. Como incontables dedos de innumerables manos que alzaran sus preces a lo alto, se habían agitado día tras día implorando el agua.
"Por fin va a llover"; la voz de ese desconocido que cruzó la playa cuando yo principiaba a tomar contacto con la arena de la costa, me devolvió al entorno que me contenía y le regalé una sonrisa.
Las huellas de pies descalzos denunciaban mi presencia. "Siempre descalza como paraguaya", repitió desde su presencia sin voz la voz de mi madre. Encogí los hombros decidida a no prestarle atención con la misma terquedad taurina de mi infancia.
Mientras sonreía a los recuerdos, amainó la lluvia. Desde la empinada barranca, el agua se deslizaba disfrazando viboritas que reptaban en forma zigzagueante, dejando una estela marrón que se extendía buscando la costa; color que denunciaba los minúsculos desmoronamientos de tierra con sueños de río.
Abrí los brazos en cruz y comencé a girar locamente hasta, agotada, quedar de espaldas al ocaso para admirar la gloria del atardecer reflejada hasta el infinito en las copas de los ceibos, espinillos, sauces, aguaribayes y eucaliptus.
En lontananza, estalló de un hornero la carcajada contra el silencio de la tarde.
Y mientras metía mis pies en el agua, de la que ya había presentido sus envolventes deseos de acariciarme, hube de pensar en Alfonsina y en el mar que la esperaba del mismo modo que a mí me aguardaba el río...
Por eso ahora, él y yo somos idéntico sueño de camalotes que se pierden en la distancia.

Haydée Norma Podestá

RECUERDOS DEL PARAGUAS

Una flor de campánula
en los cuentos.
Una nube negra
en el cielo de las brujas.
Cerrado en un estoque
el detective.
Volador en los sueños
infantiles
que anima Mary Popins.
Sombrilla multicolor
de algún payaso.

Los recuerdos del paraguas
se remontan
a la primer gota de lluvia
que nos moja.

Haydée Norma Podestá

miércoles, 20 de mayo de 2009

LA PALABRA

Hoy quiero compartir con ustedes este poema de Lide Carnevale (autora)

La palabra me sigue, me persigue.
Me llama por su nombre, me convoca,
me enamora a través de sus tonos y su boca.
Atrae mi atención y lo consigue.

La palabra me sigue, me sugiere,
me alcanza, me rodea, me ha pedido
conteste a su llamado, me requiere:
ya escucho sus susurros en mi oído.

La palabra me sigue, me persigue,
es un anillo redondo en mi mano
que extrae de mi ser lo más humano.

La palabra me sigue, me persigue,
se instala exultante en mi mente
y hace que la diga así:¡muy simplemente!

ADVERTENCIA


Hoy
mi ángel guardián me advirtió:
-Ten cuidado,
la serpiente se acurruca
a la vera de tu camino.
Lo miré
desde mi inocencia crédula
y pregunté:
-¿Por qué?
Si yo no daño a nadie...
Y respondió:
-Porque desde el principio
el ángel caído
no soporta
la luz
de la ilusión...
y tratará
de
morderte los talones.
Haydée Norma Podestá

martes, 19 de mayo de 2009

CAMINO A ROCHA (URUGUAY)

El cielo es una inmensidad
gris.
Yo te extraño.

Restallan los paisajísticos colores
buscando infinitos.
Tobogán de arco iris
por el que mi vista resbala
con el holgar feliz
de un niño.
Yo te extraño...

Un bosque viene hacia mí
-carreteo hacia mi destino -
cabellera de eucaliptus
que me saludan
silentes.
Yo te extraño...

Vuela un pájaro indefinido,
fugaz, cruza una gaviota.
Mar y tierra
se entrelazan amantes.
Yo te extraño...

La vida está allí,
afuera,
en este planeta azul.
Yo te extraño...

La vida está aquí,
en vos...en mí...
Yo te extraño...

Porque la vida no es vida
si está allí...en vos,
aquí...
en mí
y yo te extraño
porque no es un
nosotros.

Haydée Norma Podestá

¡¡¡GRACIAS ANNA!!!


"En reconocimiento a tu blog personal, desde BE, BÚSQUEDA ENREDADA, te hago entrega del premio a las bellas letras.Es un premio que cualquier blogger puede entregar a otro(a) blogger.Yo como bloguera te hago entrega de él."
Anna, en Palabras al viento.(Paraules al vent)
Muchas gracias Anna; no sólo por esta distinción que agradezco muy emocionada sino por los conceptos vertidos cuando me lo comunicaste.
La vida no sólo es maravillosa sino que en los senderos de nuestro destino se nos van sembrando las rosas a las espinas que nos toca vivir, muchas veces sin razón de ser, injustamente.
Somos el resultado de muchas personas que influyeron en nosotros a lo largo de nuestras vidas. Debo agradecer la herencia cultural de mis padres...El hecho de que la mayoría de mis maestros fueron personas que se preocuparon por enseñarnos a pensar libremente y a desarrollar las vocaciones que nacieron con nosotros.
Muchos nombres vienen a mi mente...nombre de personas que no puedo olvidar porque dejaron su marca a fuego en mi alma...Nombres de tantos escritores leídos en las noches en vela, cuando no podía dejar de leer aunque ya se viniese la madrugada.Tengo la suerte de vivir en el mismo barrio de mi infancia y en la misma casa donde nací. Camino las calles tantas veces transitadas y siento en el saludo de mis vecinos o de los alumnos que se cruzan ocasionalmente y con sus voces ya adultas me gritan "¡Chau, seño Haydée!", que me he ganado un lugar con los años.
Pero hoy, mi agradecimiento hacia ti , mi amiga de las letras Anna, va también hacia los que me rodean y hacen posible mi poesía, porque están vivos en ella...para mis hijos Luis, Adriana y Germán; para mis hijos del corazón Claudia, Jose y Silvana; para mis nietos Camila, Agustín y Ana Clara; para Gini y Sofía, que son parte de nuestras vidas; para mis amigas y amigos -todos-a los que guardo en el relicario de mi corazón, para mi hermano Pirucho y su familia, para Silvia Florentino y para Jaime M.B., el hombre que me ama y que es el gran amor de mi vida, cotidiana inspiración de mi existencia.
Soy feliz...amo la vida.
Haydée Norma Podestá

COBARDÍA

Pasé.
Me miraste muy hondo...
muy hondo...
muy hondo...
Tu mirada llevóme el alma,
agitó mi pecho,
me hizo temblar...

Pasé.
Allí tú quedaste...

Indecisión tuya
que te ató a la tierra.

¡Honda angustia mía
de no verte más!

Haydée Norma Podestá
(Llega desde mis quince años)

YO, LLUVIA

Llueve.
Monótonamente.
Quebrada pared acuosa
que renacerá
en la sangre verde
de las plantas.
Líquido vital
que seguirá siendo
en la flor
en el fruto...
Volverá transformado
en cítricos naranjales
que se harán sangre
- rebelde sangre-
en los acuáticos canales
de mi ser.
El agua
sigue su ciclo
sin retorno.
Miro llover
y mágicamente cambio;
se funde mi raíz vegetal
en la tierra madre;
renazco en cada flor
en cada fruto,
para ser pájaro
para ser nube.
Para volar inmersa
en los etéreos azules
del espacio...
Libre mi espíritu,
libre mi cuerpo,
libres mis manos-alas
que anticipan
la eternidad fugitiva
de mi alma.

Haydée Norma Podestá

(Rosario, 21/05/06)

lunes, 18 de mayo de 2009

DESVARÍO

Gaviotas a lo lejos,
guijarros en la playa.

Espuma en las olas,
despojo de resaca.

Velero que se aleja,
velero que se pierde...

El sol muriendo triste
y yo...agonizante.

Haydée Norma Podestá
(Llega desde mis catorce años...cada tanto, voy a ir rescatando esta poesía de mi pubertad, adolescencia y primera juventud.)

AMERICANA


Miro mi pierna herida

engrosada de yeso y vendas.

Me proyecto,

amazona astral,

en los espacios

concibiendo destino de heroínas

heridas

ignoradas

humilladas en siglos

de historia.

Reposo paciente de la guerrera

tascando impotente

el freno de la espera.

Fantasmagórica princesa

incaica

recostada

en colorida manta

de sueños

donde aguarda

al Inca poseyente

y posesor de su alma.

Callada nómade pampa

cargando a cuestas

el toldo tribal

que le da razón de ser.

Ando y desando caminos

enmarcados de cordillera,

océanos, ríos, selvas.

Elévase mi espíritu de hembra

sobre la virginal América

no ultrajada.

Sobrevuelo un continente...

Soy cóndor.¡Tengo alas!

Me hundo hasta fundirme

en los mares

plasmando con mi esencia-sangre

el occidental ocaso eterno

para nacer de nuevo

hacia el este

cada mañana.

Soy mujer...

Soy heroína...

Soy ardiente...

Soy rebelde...

¡Soy americana!

Haydée Norma Podestá
(Rosario, 11/06/07...en los largos días en que vislumbré la muerte)

ADIÓS A MARIO BENEDETTI


17 DE MAYO DE 2009
Ha fallecido
MARIO BENEDETTI
Mi humilde homenaje a quien me brindara tantas madrugadas leyendo su poesía...
...y de su pluma, no puedo dejar de compartir...
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LOVERS GO HOME!
Ahora que empecé el día
volviendo a tu mirada,
y me encontraste bien
y te encontré más linda.
Ahora que por fin
está bastante claro
dónde estás y dónde estoy.
Sé por primera vez
que tendré fuerzas
para construir contigo
una amistad tan piola,
que del vecino
territorio del amor,
ese desesperado,
empezarán a mirarnos
con envidia,
y acabarán organizando
excursiones
para venir a preguntarnos
cómo hicimos.
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VICEVERSA
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanzas de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oirte
alegría de oirte
buena suerte de oirte
y temores de oirte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizás más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

MIS PALABRAS

Dame la mano
porque hoy quiero que vengas
hacia mí
y que invadas mi universo
de palabras.
Hay palabras que me abrazan:
pasión, amigos, hijos, escuela,
luz, libertad, esperanza.
Hay palabras que me alegran:
pájaro, flor, contigo, domingo,
nietos,
viaje, casa;
y otras que me duelen:
mentira, traición, engaño,
o que se vuelven extrañas:
corrupción, poder, soberbia, esclavo.
Hay palabras que alimentan mis recuerdos:
jazmín, abrazo, beso...
y soledad...y hermano...
Otras que construyen mi presente:
ciudad, fortaleza, río, presencia,
amor, vivir, nostalgia.
Palabras que digo siempre:
"vuelve a intentar", "esfuerzo", " te quiero",
"dame la mano"
y aquellas que he olvidado.
Hay palabras que me envuelven,
me hacen girar,
me elevan
y me suspenden muy alto;
están las pequeñas, enormes,
lucientes, grises,
vibrantes, fuertes
que implantan mis pies en tierra.
Toma todas mis palabras,
las que digo y las que callo;
moldéalas en tus manos,
dales un nuevo sentido
y échalas a volar al mundo
para que nazcan...¡PALABRAS!

Haydée Norma Podestá

REFLEXIÓN GEOMÉTRICA




A veces me invade un profundo cansancio
por la continua lucha
con los profetas del no.
Son como cavernícolas
retrógrados
adoradores del cuadrado
porque siempre ponen
palos a la rueda.
¡Y cómo sonríen sarcásticamente
-ufanos como pavos reales -
cuando ven en el suelo
a los que se animan
a desafíos nuevos!
El hombre es vida proyectada hacia adelante.
Todo lo que alcanzará la evolución
nace de una chispa divina
depositada primigeniamente
en la mente humana.
El camino de la salvación
es una proyección hacia adelante...
porque lo trascendente en el hombre
es elevarse por encima del cuadrado,
rodar continuamente
hacia el triángulo perfecto
pues fuimos creados
a Su imagen y semejanza
y vamos hacia Él.
¡Lástima!
Los profetas de la nada
niegan las paralelas del camino ascendente.
En la perspectiva de sus miradas
las dos líneas de sus lados
sólo son las secantes
que convergen en un punto.
Sin embargo...aún así...
paralelas o secantes,
todo lleva hacia Él.
Haydée Norma Podestá

IMÁGENES DE MI ADOLESCENCIA






El gigante de Arroyito, la cancha de Rosario Central, el club de mis amores.







Imagen del Cementerio El Salvador, en el Parque Independencia, donde reposan los hacedores históricos de Rosario y donde están los restos mortales de mi padre, pues su alma siempre está conmigo.




La Biblioteca Argentina "Dr Juan Álvarez", escenario de mi niñez, refugio lector de mi adolescencia y ámbito de estudio de mis años de facultad.


UN AÑO MÁS...


Un año más en el sendero de mi vida...
Me paro en el borde planetario de mi existencia y la resonancia cósmica del Universo me envuelve en una cápsula de contención. Mi musa inspiradora se acerca con un brillante obsequio en sus manos, es un escudo protector para detener los rayos perniciosos de los pensamientos cavernícolas...aquellos oscuros sentimientos que sólo pueden dejarse de lado con la luz enceguecedora de la palabra que edifica. Porque la que se pronuncia para herir, para destruir, no merece ser recordada y por su propio peso muere. No vale la pena ni siquiera el tiempo que nos lleva leerla o escucharla.
El horizonte para mí, es la realidad sin límites de la pampa, esa lejanía en que podés proyectarte sin que nada impida la profundidad de la visión. Es la línea redondeada donde se confunden cielo y mar cuando, sentada sobre la arena con las rodillas rodeadas por los brazos, podés observar ese abrazo prolongado de ambos. Mi pensamiento se contagió de ilimitud y siempre lleva más allá sus propias fronteras. Quizá por eso aún me sorprenden la estrechez de ideas y aquellos que no saben pensar por sí mismos. Quizá por eso todavía frente a cada desafío pedagógico busco las actitudes, los contenidos, los procedimientos que llevarán a mis alumnos a pensar por sí mismos y a defender sus puntos de vista con argumentaciones sólidas y convicciones fuertes, sin caer en el pensamiento dirigido de la manada ni a defender sus posiciones con tarascones de fiera que no sabe usar de la palabra para expresar su pensamiento, sus ideas. A que sean inteligentes para saber diferenciar entre el insulto estúpido que ni merece tenerse en cuenta y la discrepancia ideológica con la que vale la pena defender puntos de vista en esta sociedad cada vez más compleja que los aguarda cuando salen de las aulas.
Yo no puedo indicarles lo que deben pensar ni lo que deben hacer; tienen que saber decidir por sí mismos cuál es el rumbo que darán a sus vidas; pero para ello sí necesito que discutamos cual es la escala de valores universalmente válidos para respetar derechos y cumplir obligaciones. La libertad de pensamiento no se negocia; es un bien personal. El conocimiento de los valores positivos y de los antivalores, y de cómo se van considerando en cada momento social, conformando el entramado cultural posible de determinar en un punto y en un espacio de la historia de los pueblos, les dará las armas necesarias para realizar la mejor opción en cada momento crucial de su existencia diaria y de su responsabilidad de ser social inmerso en un contexto y en una cultura determinados. Y si llegaran a equivocarse, caso muy común por ejemplo, en el juego de la política presente del país, o en las decisiones de su vida cotidiana, del error también se aprende y hay que saber capitalizarlo como experiencia. Aprendiendo también de no señalar los errores de los otros si no se está dispuesto a brindarles nuestro apoyo, porque cuando apunto con un dedo a mi prójimo, tres de ellos me están apuntando a mí mismo...y hace más de dos mil años descubrimos que nadie puede tirar la primer piedra; por lo tanto, lo mejor es comenzar a mirarse en el espejo personal a ver qué nos refleja.
También me llega otro regalo en las manos de mi ángel protector; y es una lira, para que nunca olvide la musicalidad de las palabras que deben ser colaboradoras de destinos en esta telaraña de la historia personal que entramamos y que se vuelve de luz en el contacto fraternal con los demás seres con los que coincidimos sobre el planeta, palabras que tienen el mágico poder de prolongarnos la existencia mucho después de que nos hemos ido.
Ya avanza la medianoche buscando la claridad del día. Mis primeros pasos de este 18 de mayo ya han sido dados. Mis propósitos pronunciados de cara al cielo apenas iluminado por la luna, los brazos abiertos en universal entrega y en voz lo suficientemente alta como para que me escuchen los hados forjadores del destino pero que respete el sueño profundo de mis vecinos. Afortunadamente, hay un jardín por medio...
Ahora, me voy a dormir un rato, sonriendo por el derrotero que tomaron mis pensamientos. El cauce de mi río todavía es una confluencia amorosa hacia lo que vendrá. Este nuevo año de vida descorrerá los velos, poco a poco, sin prisas, con esa estructura temporal tan propia de mí que me hace vivir de un modo especial todas las cosas. Dulces sueños...mañana trabajo en la escuela, cuido a mi nieta menor, tengo que ir hasta el taller mecánico y comparto mis clases del ballet de folclore...un beso a todo el que me lea...Haydée/ Heidi.

sábado, 16 de mayo de 2009

RINCONES DE MI INFANCIA

Puente y glorieta del laguito del Parque Independencia, uno de los más extensos de Rosario, donde íbamos a pasear en las lanchitas con mis padres y mi hermano.
Estación Antártida Argentina (Fisherton), uno de los puntos de encuentro de las correrías en bicicleta con la barra de amigos.




Mi casa natal, edificada por mi abuela paterna en 1929, según su casa en Italia.

MI CASA NATAL



Las casonas familiares nuncan se desprenden de sus fantasmas. Estoy segura que ahora mismo, mientras escribo sumergida en los recuerdos de mis días de infancia y adolescencia, los espíritus amables de mi seres queridos que ya cruzaron las orillas de sus vidas, espían sobre mis hombros lo que va plasmando el teclado.
Yo nací y viví la mayor parte de mi vida en la casa edificada en el año 1929 por mi abuela paterna según los planos de su casa allá en Italia, en Milán. Me contaba que un día, paseando por Fisherton, que en ese entonces era un pueblo aledaño a Rosario, se enamoró de la zona y compró los terrenos sobre calle Donado "al lado de las vías", vías que me siguen sirviendo de referencia para quienes deben llegar a visitarme por primera vez, traqueteo de trenes que acunaron mis sueños de bebé y que por muchos años me llevaron al centro de la ciudad y trajeron hasta la puerta de mi casa, porque junto a ella existía una parada para pasajeros, sólo un recuerdo hoy en que transacciones del gobierno de turno hicieron desaparecer prácticamente los ferrocarriles en mi país.
Amo esta casa inmensa, con sus cálidas habitaciones, sus pisos de pinotea y las puertas y ventanas de vidrios divididos que se oscurecían con postigos por dentro y con celosías de metal, eternamente pintadas de verde por fuera. Me atenaza el corazón pensar en este mismo instante en el frío de sus paredes desnudas; por eso cierro los ojos para que regresen las imágenes de los muebles antiguos, los cuadros y los adornos que eran el orgullo de mi madre, mientras mis fosas nasales se expanden con el olorcito a las comidas que nos preparaba con tanta dedicación. Sin embargo, sus cosas no se perdieron porque, faltando mamá y Victorio, cuando hubo necesidad de levantar la casa, mis hijos incorporaron a sus hogares casi todos los muebles y recuerdos de los abuelos y ellos siguen vivendo las historias familiares acariciados por las manos de mis nietos. Y aún sigo haciendo con ellos los mismos deberes que hacía de niña en la misma mesa que estaba en la casa, la misma mesa en que mi padre también había hecho sus deberes, y que ya cuenta una longevidad superior a un siglo desde que fuera concebida por la mano de ignoto carpintero .
Trepando los árboles del parque aprendí a sentirme cerca del cielo y en las ramas de las añosas casuarinas que me despiertan las mañana de viento con su rumor siseante de agujas, me pasaba las horas leyendo las historias que nutren mi imaginación de fantasías y que me fueron conectando con los grandes autores universales.
Hoy ya no vivo en la casa grande; continúo mi existencia en la parte que eran las habitaciones de servicio y el garage y que arreglamos como vivienda independiente cuando me casé y se anunció mi primer hijo. Pero sigo desandando en ella los pasos de mis fantasmas familiares, los mismos que cada mañana, cuando sale el sol y yo me voy a la vida diaria de mis ocupaciones, me saludan con un guiño y se van a descansar hasta la noche en que, en el silencio de las habitaciones vacías de la casa grande, siguen inmutables sus existencias eternas.
Haydée Norma Podestá

REFLEXIÓN

Hoy leí en "Afinación diaria de la conciencia de kabbalah"
"TODO LO QUE TE PASA EN LA VIDA TIENE UNA CAUSA;TÚ. NO ES FÁCIL VIVIR ESTE CONCEPTO, PERO CUANDO LO HACES TE PERMITE TOMAR CONTROL DE TU DESTINO CADA DÍA"
Una de mis afirmaciones en la vida es que todas las cosas que nos suceden no son casuales sino causales pero nunca lo hice desde el punto de vista de que yo soy la causa de los hechos. Pero no el yo como promotor de los mismos sino como el centro más importante de la vida.
Quizás se deba a que me educaron pensando en el otro antes que en mí misma y éste ha sido en gran parte el principio conductor de mis acciones. Mas de alguna forma intuitiva, este otro principio, el de la importancia primera de uno mismo para de allí partir y pensar en los demás de una manera absolutamente positiva hacia ellos estuvo siempre presente en la base de mi pensamiento.
No todo lo que me aconteció en mis años de existencia fue bueno; hasta diría que he sorteado mayoritariamente dificultades pero hay algo en lo que me he mantenido fiel a mí misma y a las enseñanzas de mis padres y aquellos maestros que merecen ser recordados: no puedo sentir nada malo hacia los demás, no tengo malos pensamientos ni deseos hacia mi prójimo aún cuando las heridas recibidas hayan sido desgarradoras. Y de todas las experiencias de relación con tantos seres como se han cruzado en mi camino a lo largo de mi vida, sólo recuerdo lo que me hizo feliz, los momentos buenos...lo otro, por descarte natural, lo olvido.
¿Por qué? Creo que porque desde el centro de mi yo, siempre respeté el ver al prójimo como a mí mismo...por lo tanto, como no deseo ninguna mala onda en mi camino cotidiano,tampoco las envío hacia los demás...y por respetar intuitivamente a veces y otras conscientemente la convicción de que todo lo que sale de uno hacia afuera en algún momento nos regresa; como las ondas que se forman en el agua cuando tirás una piedra, al principio las ves ir hacia los bordes del espacio de contención pero cuando llegan al límite, regresan por debajo de la superficie hacia el punto de origen. Como no está en mi naturaleza sino sólo tirar "piedras" absolutamente positivas, la mayoría de lo que me acontece es positivo o halla las condiciones favorables para tornarse positivo. Agrego a ello la seguridad que renace conmigo cada amanecer de que la protección de Dios, encarnada en mi Ángel Guardián está conmigo...y de que el ser feliz o infeliz es una opción personal de vida.
Reitero, esto no significa de que sólo vivo cosas lindas, en una nube rosada...no, estoy en el mundo y vivo los acontecimientos del mundo con su completa realidad, pero me prepara mejor para enfrentar lo malo, para que no me descoloque, para que mi alegría de vivir se recomponga y pueda ser feliz en este camino hacia la orilla de mi vida.Y tiene la inmensa recompensa de poder pararme en este punto de mi existir y sentirme amada por mi familia, por mis amigos, por mis compañeros, por mis alumnos y de generar corrientes positivas de energía con todos aquellos con los que establezco algún contacto. Y con algún caso muy puntual con quien no ha sido así, que uno los tiene en tantos años de vida, yo no me enojo y rezo por el bien y la tranquilidad espiritual de esa persona...porque de mí no van a partir sino ondas positivas.
Creo que el amor por la vida, la alegría de mi alma y la convicción de que la edad física es una circunstancia natural pero de que la verdadera edad es la del espíritu, y en éste se puede no sentirse "viejo" jamás y mantener los sueños, las ganas de hacer y la pasión de la juventud, reside este gozo de mi felicidad. Porque la primer fidelidad es hacia nuestros sentimientos, nuestras ideas , nuestros sueños; es la base natural de la dicha.
No me resta sino agradecer a los valores que hicieron que el centro impensado de mi pensamiento fuese YO, porque me mantendrá en mi convicción de que el bien y el emanar ondas positivas hacia los demás y hacia el planeta es la mejor inversión de vida.
Haydée Norma Podestá

viernes, 15 de mayo de 2009

ENIGMA

Eran las doce de la noche cuando me acordé de Bartolo. Fue como una luz roja que titiló de repente. ¿Por qué no me había llamado? No era lo normal. El viejo solía hacerlo varias veces en el día.
Apagué el televisor donde "Los pibes chorros" hacían su presentación. Salí a desgano. En la calle, el frío me abofeteó la cara. No se veía a nadie en ese barrio desierto.
Llegué a la casa. Nada... Ni una luz... Sólo las voces del televisor a través de las persianas. Llamé una, dos, tres veces. Don Bartolo no contestó. Extrañado, rodeé la vivienda. Las ventanas cerradas. Nada raro en el pequeño jardín que era su orgullo.
Tuve que volver por mi llave. ¿Qué habría pasado?
Confieso que regresé casi a desgano. No era agradable atravesar tantas veces las callesuchas de la villa en esa noche invernal. Cuando pude abrir pensé que el viejo se habría dormido con la T.V. encendida. Traté de caminar en el semiresplandor que emanaba de la pantalla en esa habitación a oscuras, sin hacer ruido para no despertarlo, hacia la llave de la luz y la oprimí. Entonces lo vi. Maniatado a una silla, amordazado, gimiendo muy débilmente. Corrí a socorrerlo. Tenía los dedos quemados. La flor sangrante de una herida se abría en su frente. Balbuceaba algo, pero no lo entendí. Lo acosté sobre la cama como pude y lo revisé todo. Nada raro. Nada fuera de lugar. Sólo el viejo desentonaba en la pulcritud total de esa habitación.

-Pero...¿por qué?...¿por qué?...¡¡Ayyy, hijo e'p...ayyyyy!!! Si fui yo quien llamó a la policía. Creanmé. Fui yo...¡Por favor!...no...no me golpeen más. Les juro que lo encontré todavía respiran..dooo...ayyyy...yo no lo maté...yo no...lo maté...
Pude presentir que se miraron. Mi cuerpo era un único golpe dolorido. Entre sueños sentía cómo hablaban.Me habían pegado tanto que me estaba desmayando...

-Che...me parece que te pasaste...¿hay algo más? ¿Tenés otras pistas?
- No...El viejo vivía solo y todos lo querían...Ni una huella.
-¡Qué macana!...y están marcando de cerca a la seccional...demasiadas cosas sin resolver...
-¿Si llamamos a Fulano? A lo mejor...
-¡No!...dejá...este tipo nos resuelve el problema...Escribí la confesión...

Fue lo último que escuché. Cuando desperté ya estaba acá. El frío de los barrotes rayaba mi cara. ¿Por qué tuve que avisar a la cana?...Si yo no fui. ¡No fui! ¡No fuiiiii!! ¿Será mi impotente grito hasta el día del juicio? Mientras , transcurre mi vida preso en esta comisaría.
Injustamente... preso en esta cárcel.

Haydée Norma Podestá
Derechos reservados

ORILLA DE MI VIDA

Orilla de mi vida inalcanzable...
Ésa, que siempre se proyecta
más atrás.
La que contiene el último puerto, el final,
el puerto del descanso
-o del inicio-
aquel donde llegar es comenzar a partir
en otro viaje,
éste sí, sin final.
Mido mi vida no por los años
transcurridos
sino por los que aún faltan
llegar.
Los otros son pasado,
no regresan,
envejecen con las penas y el cansancio
de lo que no retorna,
se han hecho carne en mi carne
y - como las células que cada día mueren -
se van renovando,
decantando,
dejando sólo el sabor dulzón
de lo que fue feliz.
Los años que me faltan por vivir
determinan mi edad.
La edad de lo posible,
de los sueños, de lo que espera detrás de
alguna puerta
que mi inquieto espíritu
sabe que aún falta
desentornar.
Orilla de mi vida que me espera
siempre más allá, más atrás;
siempre siempre...más atrás.

Haydée Norma Podestá

VERSOS MÍNIMOS

I

hambre!
picoteante angurria de
comida
contención
afecto.
ojos,
asombro resentido.
chico de la calle.

II

vino sonriente
a limpiar el vidrio
del auto.
lo enmudeció
la prisa
con que arrancaste.

III

delicadeza...
cuidaste el picaflor
de tu jardín...
pétrea desnudez
del alma...
negaste
en la esquina
una moneda.

Haydée N orma Podestá

jueves, 14 de mayo de 2009

MIS OJOS...LOS OJOS...

Los ojos del tiempo
me invaden la mirada
penetran cada fibra de mi ser
radiografían mis sentimientos
más profundos
y los plasman
en la placa gris
de la nada.
Vislumbran los tesoros ocultos
de mi alma
y los exponen
en el herrumbre oxidado
de las eras.
Surge el grito vital
de mis entrañas
pues ya no tengo edad
en las edades.
Sorteo el pasado, el presente
y el porvenir
se tiende a mis plantas.
Fabuloso y mítico ser
encadenado
mi espíritu rompe
las barreras.
Mis ojos no pueden abarcarlo
todo,
mi campo visual delimita
perdiendo de vista el contexto.
Me abruma un peso insostenible
de montañas
que están más allá de mí;
floto en caudales
oceánicos;
una pesadez aérea
me agiganta.
Mi ojo es el tiempo,
me traspasa
y yo misma me miro desde adentro
con la mirada inquisidora
de una extraña.

Haydée Norma Podestá

UN ÁNGEL DE ALAS ROTAS

para Hugo Neira Paredes, un buen y apreciado amigo, este pedazo de arco iris que siempre brilla después de las tormentas

Desprevenida iba caminando por la calle. Hacía ya un rato que dejara de entretenerme en romper con mis zapatos las caídas hojas con que el otoño tapizaba las veredas. Me gustaba ese ruido seco que hacían al quebrarse. Me servía para olvidarme que debía atravesar ese barrio solitario, de anchas veredas bordeadas de árboles tan inmensos que parecían tocar el cielo con sus ramas.
No soy muy temerosa, pero la noche dibujaba seres extraños en complicidad con la fronda.
La imaginación siempre pone su toque de fantasía. Los cuentos de hadas y duendes, tantas veces repetidos en las veladas familiares, agregaban desde la memoria del pasado, su pequeña cuota de misterio.
Pensé cuánto me había alejado de la pequeña niña que los oía asombrada grabando en su corazón puro y tierno, aquellas palabras murmuradas por la boca desdentada de su abuela.
Casi no reparé en el momento en que una luminosa brillantez atravesó el follaje ennegrecido de los árboles. Fue en ese preciso momento en que cayó a mis pies como un meteoro de luz blanca. Cautivó mis ojos que lentamente se posaron sobre él. Era un pequeño ángel de luz con las alas rotas. Gemía suavemente como pía un inofensivo pájaro herido. Lo tomé entre mis manos y se acomodó en el nido de mis dedos fríos. Su luz les dio calor, sentí la palpitante tersura de su piel. Mi pequeño ángel estaba desnudo. Desnudo como mi ternura de mujer solitaria. Me miró con sus ojos dulces. Algo en esa mirada movilizó las íntimas fibras de mi condición femenina. Fue apenas un instante, un fugaz instante, pero mi matriz virgen pudo presentir lo que significaba dar vida.
En ese momento sentí cómo iba creciendo.
Movió las alas doloridas y se acomodó en el hueco de mis brazos. Con un pequeño dedo tocó mi corazón. Me fascinaba...no podía apartar la vista de ese ser que palpitaba tanta vida y que, sin embargo por extraña contradicción, se estaba apagando.
Algo tenue, como una melodía exótica y hechizante surgió de su garganta. Y con ella, el ángel creció otra vez...de pie a mi lado, ya podía abrazar mi cintura. Un cerco semejante al hierro fueron sus brazos al ceñirme. Intenté sustraerme, alejarme de allí, pero permanecía en una inconmovible unidad con la tierra bajo mis pies...
Lo insólito de la situación me encontró pensando en qué me sucedía, ¿qué sucedía?. La pregunta cobró consistencia en mi mente. ¿Qué arcano misterioso, qué casualidad hizo que se precipitara justamente a mi paso? "Las cosas no suceden por casualidad". La afirmación se oyó nítida. Es cierto.Siempre había afirmado convencida de que todo tiene una causa. "Las cosas suceden por causalidad", me encontré afirmando en voz alta. Pero no alcanzaba a darme cuenta de cuáles serían las causas de este encuentro.
Cerré los párpados. Cuando los abrí, el ángel sobrepasaba ya mi altura. Ahora sus alas rotas sangraban, pero aún las podía mover. Me tomó de los hombros y me volvió hacia su rostro. Sonreía. Desplegó sus alas y me envolvió en ellas. Viví cómo mi sangre por ósmosis extraña pasaba a su cuerpo, restañando las heridas, curando sus miembros quebrados.
El abrazo de la criatura celestial era intenso, como queriéndome fundir en una sola esencia con su realidad desconocida. Aumentó la intensidad poco a poco, mientras mantenía sus ojos dominando los míos. Así fue bajando la cabeza hasta rozar mi boca. Absorbiéndome...más aún, extrayendo hasta mis más secretos sentimientos...Chupándome, convertida toda en una masa líquida que anhelaba esa posesión extraña. Inexplicable.
Me estremecí, intenté sustraerme a su sortilegio, pero no me dejó hasta que mi corazón tantas veces herido, ocupó su pecho. Entonces...batió sus alas y se perdió, feliz, regenerada cada célula de su armonía espiritual por sobre la realidad de mi envoltura carnal, en los espacios siderales...
Y yo quedé llorando.

Haydée Norma Podestá

PAISAJE

Un sauce de sonora cabellera
junto al río inmóvil
mortecino.

Una puesta de sol;
explosión de rojos,
fucsias,
amarillos,
azafranes
y un toque de carmín
tras de una nube.

Un pájaro carpintero
repiqueteante
sobre un tronco hueco
y un tordo , disparada
flecha
negriazul
hacia la noche.

Más allá
los huecos del paisaje
rellenos
de un adormecido
piar de aves.
Sensación de paz.

Sólo mi corazón
estallando
en mil pedazos.
Dividido.
Sin remedio,
dividido.

Haydée Norma Podestá

BRILLO FUGAZ

Viene volando hacia mí, remolineando en el cielo tormentoso. Gira y gira, pequeño ramillete con alas, sombra fugaz que aparece y desaparece. Cierro los ojos un instante para capturar tu vuelo blanquecino entre el polvo gris que arrastra el viento. ¿Eres pequeña e indefensa paloma entre las hojas doradas del otoño? Como aquellas que volaban en mi infancia, trazando círculos invisibles en el cielo azul que se escapaba, rendida mi espalda sobre el pasto verde y fresco.
Ahora me pareces una mano que agita un pañuelo...que se escapa. Porque subes y bajas y te acuestas a descansar dormidas un instante tus viajeras ansias...para volver a saludar...¿a quién? ¿Acaso alguien más que yo te mira? ¿Dónde está ese alma gemela a quien me hermana la vista perdida en tu revuelo? Tremenda injusticia sería que existiéramos y no nos encontráramos.
Cambias y reflejas chispas de luz frente a ese rayo de sol que se dispara recto hacia el paisaje, por un hueco, entre las nubes de tormenta.
¿Por qué brillas? ¿Acaso eres la imagen de mis lágrimas condensadas en tantos días de pesares? ¡No te vayas! Vuelve hacia mí tu remolino, gira en el viento, acorta las distancias que ya corro hacia ti con mis manos entrelazadas, canasta de dedos para recibir tu alma...
¡Ya llegas!
¡Ya estás aquí!
¡Ya pasas, pequeña y transparente bolsa de plástico, arrugada, desdeñada! ¡Cenicienta translúcida a quien la cercanía de mis ojos le acaba de tocar las doce campanadas!


LAS BOLSAS DE PLÁSTICO SON UNA AMENAZA PARA LA VIDA NATURAL DEL PLANETA Y SU FABRICACIÓN AUMENTA EL PELIGRO DE RECALENTAMIENTO GLOBAL ACRECENTANDO EL EFECTO INVERNADERO... CAMBIÁ LAS BOLSAS DE PLÁSTICO DE LOS SUPERMERCADOS Y NEGOCIOS, EXIGIENDO BOLSAS DE PAPEL RECICLADO O LLEVANDO TU PROPIA BOLSA DE TELA...PENSÁ EN TUS DESCENDIENTES...ELLOS TIENEN DERECHO A UN PLANETA DIGNO DE SER VIVIDO EN PAZ Y A DISFRUTARLO EN TODA LA BELLEZA DE SU CREACIÓN PRIMIGENIA.

Haydée Norma Podestá

MI PADRE

A la vera de la casa solariega, sentada en los escalones de mármol de la entrada, siento la presencia física de mi padre.
Me envuelve el espacio azuloso de la noche estrellada y eterna. Eterna como la presencia de ese hombre de ojos verdes y sonrisa plena de blancos dientes.
César Augusto Podestá llegando desde el tiempo donde las cosas ya no mueren, con su risa y con sus mimos, con esa alegría de todos los días con la que borraba el cansancio del trabajo, con un morral intangible de cuentos de hadas o de historias fantásticas.
¡Oh, mi padre! ¿Te acordás, mamá, cuando te alzaba en el aire, tomándote de la cintura y te decía:"¡Hola negrita!", mientras mi hermano y yo girábamos felices alrededor, inocentes víctimas del luto posterior y hasta hoy vivido? Dolor punzante y visceral del recuerdo siempre presente.
Padre bueno hasta la médula, esposo amante, amigo atento y servicial, ser solidario. ¿Por qué te fuiste tan pronto y repentinamente? ¿Qué arcano ignoto te arrancó de mi lado para dejarme esta soledad que no termina?
¡Ay, la vida!
La vida viva de todos los días.
Despertar, trabajar, hablar, sonreir, caminar, correr, lavarme los dientes, soñar, sufrir, respirar, amar, tener fe y volverme a dormir, para despertar mañana.
Siento que estás allí mientras escribo, del otro lado de la mesa familiar, y me miras con ternura.
Entonces te susurro:
Ya no estás
es verdad.
Nos separa una eternidad
inmensa pletórica perenne ególatra
idealizada.
Ya no estás,
es cierto;
pero vives en mí
porque no morirás nunca
mientras uno solo
de tus descendientes
te recuerde...
mientras yo
te recuerde...

Haydée Norma Podestá

TU NOMBRE

Miré una estrella
buscando en su brillo fugaz
tu nombre...
mas, sólo titilar perpetuo,
me dijo:
-Aquí no guardo su nombre.-

Pedí del viento a las voces
que tu nombre
corearan...
pero el eco de los vendavales
de todos los tiempos,
respondieron:
-No sabemos su nombre.-

Grité al rugido salobre del mar
que escribiera tu nombre
en la arena...
ni aún del fondo marino
pudo un caracola
resonar tu nombre.

Le rogué a las letras amantes
de todos mis versos
que enlazaran tu nombre...
De ningún poema de amor
se formó en el éter
tu secreto nombre.

¿Quién podría decir con certeza
que sabe tu nombre
si yo guardo en el fondo de mi alma
la música dulce
que forma tu nombre?

Y sonreí a la vida
porque puedes ser
cualquier persona...
Sólo tú y yo sabemos
las letras
que graban tu nombre.

Nadie más, amor...
Quien así lo diga
engaña tu nombre.

Haydée Norma Podestá

miércoles, 13 de mayo de 2009

SOL DE MI EXISTENCIA

Sos la luz de mi vida.
La galáctica
universal esencia
que me nutre,
corpúsculo celular
de mi persona.
Vía Láctea afrodisíaca
de mis nocturnas horas.
Conjunto planetario
de mis órganos
que me mantiene
viva
y me proyecta
al horizonte núbil
de mis sueños.

Te amo
más allá del cosmos-madre
que alimenta ubérrimo
nuestros cuerpos
transfigurando
los gemidos del deseo
en seminal explosión
del alma-carne-espíritu
en el cántaro inmaterial
que nos contiene.

Tus alfaréricos dedos
me modelan
pulsando cada punto sensorial
de mi estructura
vibrando los cristales de mis ansias
en el coral concierto envolvente
de tus propias ansias
de mi néctar.

Sos el sol de mi existencia.
Lucero de mis madrugadas.
Luz abrasadora
incandescente hoguera
de mi vida.

¡Te amo
más allá del universo!

Haydée Norma Podestá

PRESENCIA COTIDIANA

Trajino las horas de la casa
y te descubro en todos
sus rincones.

Estás en ese aroma de las sábanas
que al tender la cama
revive tu presencia.
En la tibieza amiga de los mates
me contiene el calorcito
de tus manos.
Aletea mi prisa, como pájaros
alistando el nido,
para que al regreso
te reciba acogedora casa
y se vuelva hogar
frente a la estufa,
cuando me abrazas.
Te imagino llegar sonriente
reclamando un beso
para sentarte después
-la charla intrascendente
me desgrana las novedades de la calle-
mientras tus finos dedos
toman los cubiertos
y saboreas lentamente la comida
que te preparo
condimentada
con este amor
que me desborda el alma.
Floreces en la rosa
roja de la cerca
y canta tu presencia
el agua que corre de la ducha
salpicando mi cuerpo estremecido.
Te encuentro en el amanecer
y en el ocaso,
cuando el lucero
se cuela por las ventanas.
En el aire que respiro;
en la calma
cuando aquieto mis corridas
y me siento a pensar
en nuestras noches...

Trajino
de mi vida las horas cotidianas
para descubrirnos,
amor,
en todos los rincones
de la casa.

Haydée Norma Podestá

PROMESA A MÍ MISMA

Me prometí
no cortar el pelo
hasta llegar a Lima.

¿Te imaginás,
amor,
el largo de mi cabellera
si cuando muera
no he unido jamás
tu océano
y mi océano?

Haydée Norma Podestá

domingo, 3 de mayo de 2009

IRME...

Me levanta la mañana
con el febril ritmo enmohecido
de las horas...
Dejo el abrigo de las mantas
para saltar al día rutinario
de una esposa.
Cubro el hueco de mi cuerpo
arropando tu presencia,
intentando eternizar
ese aroma hembril
que te enloquece...
Alisto el desayuno,
elijo tu camisa,
dejo en el baño unas toallas...
Me envuelve mi susurro
diciéndome ¡te amo!
Te dejo un beso en la frente
como en un relicario.

Me desgarro del vientre de la casa
y me voy a la diaria rutina
de mis cosas.
Me voy de a poco.
Me voy, amor,
como quedándome.

Haydée Norma Podestá

MUJER PÁJARO

Pájaro mujer...
Mujer pájaro...
Sujeta a la tierra,
libre en el aire.
¡Libre!

Incontables veces
las llamas purificadoras
del dolor
consumieron mi esencia
terrenal...
Entonces bajaba
hasta las sombras
- y más allá aún -
para renacer,
mujer pájaro,
Ave Fénix tutelar,
de las cenizas
incandescentes
de mi nada...
Asomándome sobre el abismo
de las voces
y conciencias,
reviviendo
en el mundo natural
que me da fuerzas...

Nacer de nuevo
cíclica naturaleza;
ser, una vez más,
mi propio yo
transformando mágicamente
- renuevo y vibración-
esta esencia vital
que me contiene.

¡Nacer de nuevo!
Cada día...
cada hora...
cada instante...
Besar el sol,
zambullirme en el vientre
de flamígero volcán
llama perpetua viviendo
por encima
de la muerte.

Haydée Norma Podestá

sábado, 2 de mayo de 2009

PAZ

Camino a tu lado
la otoñecida alfombra de las hojas
mientras
la sensación cálida de tu mano
en la mía
diluye en el cristal de la mañana
el cúmulo ensombrecido
de oscuros presentimientos...
Un sol imberbe
nos roza apenas los cabellos
refulgiendo
en la auriargenta luz
de nuestras cabezas unidas
cuando hacia mí te inclinas
para robarme un beso.
Entonces siento
que en leves pompas negras
la fragilidad de mi dolor
se esfuma
y me posee un arco iris florecido
preanunciando
nuestras primaveras
porque en el amor reverdecemos
cada compartido amanecer
entretejiendo
nuestros destinos.
El duende rosáceo de la alegría
de saberme tuya
destrenza de sus dedos
la azulina tristeza
que me invade
cuando te presiento lejos.
Y mi tintineante carcajada
te sorprende
hundiendo el brillito de tus ojos
en la cómplice picardía de los míos
porque en esta mañana
de tu vida, de la mía, de la nuestra,
rubricamos el amor de nuestras almas,
testificando al mundo
de los hombres
que es posible el amor
pues nos amamos
por encima de todo
un universo.

Haydée Norma Podestá