miércoles, 22 de julio de 2009

HACIA ATRÁS...

Con fecha 16/05/09 tenía un borrador sólo con la imagen de mi casa natal, al que hoy le escribí un texto...pero la compu se ve que no me entendió...o yo aún no la entiendo a ella...y me lo publicó en esa fecha. Bueno, si alguien desea leerlo, va a tener que retroceder hasta la misma; parece parte de la película "Recuerdos del futuro", ¿no?.Un beso a los valientes. Haydée/ Heidi

NECESIDAD

profundo
muy profundo
desgarrando
acariciando
conociendo
la intimidad celular
de mi realidad humana
te convocan
mis ansias de amarte...
tu amorosa sombra
me cubre
con la pasión visceral
nacida
al húmedo contacto
de mi piel.
se buscan los labios
estalla
el volcán de deseos contenidos
largo tiempo
y en una vorágine de estrellas
irisando
roncos gritos cavernarios
dejamos de ser dos
para ser uno
y amarnos
en un tiempo
insondable
inescrutable
infinito.

Haydée Norma Podestá

domingo, 19 de julio de 2009

VENTANA DE AMOR

"Tu corazón tiene abierta una ventana de amor para mí; por ahí ingresa la vida..." Jeme Mazzetti Burga.


Mi corazón de pájaro
-soñador y alado-
tiene una ventana de amor
para vos...
No tiene batientes,
no puede cerrarse
ni bloquearse puede...
abierta a mi anhelo
de amor que no muere
es un hueco libre
sólo para vos...
Desangra la vida
sus lánguidos pasos
tejiendo
anudando
tramando la trama
-misterios del alma-
entre vos y yo.
Dulce hueco abierto
por mi fantasía...
Dirige tus alas
al cálido nido
que tras la ventana
latiente en mi pecho
te ingresa a la vida,
la vida me ingresa,
porque somos uno,
simplemente uno,
al amarnos tanto
vos, mi amor,
y yo.

viernes, 17 de julio de 2009

REENCARNACIÓN

¿Quién fue la amada ignota
que, rompiendo las orillas de algún reino
más allá de la vida
se perdió fugaz en otros tiempos?
No saber su nombre;
desconocer su rostro;
ignorar sus más remotos pensamientos.
Quizá presentir sus sueños
para pintar una descolorida imagen
de la mujer que fue.
Quizá sólo importa
que un poeta la adoraba tanto
para llegar al punto mismo
de descarnar su carne
y reencarnarla
en desgarrados versos
en todo tiempo
y en cualquier lugar.

Haydée Norma Podestá.

TRISTEZA

Tristeza azulina que invades mi alma,
¿por qué con tus garfios lasceras así?
¿por qué lentamente consumen tus llamas
mi sana alegría?¿por qué muero así?

¿Por qué por las noches te llevas mis sueños?
¿Por qué, por el día, me vistes de gris?
¿Por qué no te alejas buscando otro dueño?
¿Por qué me torturas con mano sutil?

¿Dónde está el puerto que, seguramente,
con amor de madre, me abrigará?
Todo se ha fundido en ígnea corriente:
la vida, las cosas...¡no vuelven jamás!

Haydée Norma Podestá
Esta poesía la escribí a los catorce años, poco después de la muerte de mi padre.

¿VENDRÁ EL AMOR?

Pregunté a los lirios de mi huerto:
-¿Vendrá el amor?-
Y los lirios de blanca vestidura:
-¡Amor vendrá!-
dijeron al morir.
Hoy, la mañana de luz:
-¡Amor vino!-
me gritó.
Y salí feliz a recibirle,
entonando mis labios
una canción.

Haydée Norma Podestá
Escribí esta poesía a mis 15 años.

miércoles, 1 de julio de 2009

LAS FLORES EN MI VIDA


Imagen bajada de Internet

LAS MARGARITAS

Me agradan las margaritas.
Mamá se llamaba Margarita de segundo nombre. Cuando éramos chicos nos cantaba una canción que había aprendido de mi abuela Rita y que, a mi vez, yo les cantaba a mis hijos cuando los acunaba
"Hay una flor en el campo
que es una flor muy bonita;
si no es ni marga ni rita
las dos juntas sí lo son,
es la margarita de mi corazón.
Deshojando margaritas
me quieres mucho, poquito y nada;
deshojando margaritas
robarás mi corazón."
Cuántas veces, al despuntar la adolescencia, cuando mi madre no nos veía, junto con mis amigas robábamos sus margaritas para, ingenuamente inquirirle a sus pétalos - pobres pétalos inocentes de todo vaticinio -si el objeto de nuestros primeros suspiros nos quería. Qué terribles desilusiones cuando la respuesta era un no. Crédula inocencia en las predicciones de amor de una flor que agonizaba destrozada a nuestros pies.
En nuestro jardín siempre hubo margaritas; no recuerdo tiempo sin sus flores de pétalos blancos y dorado centro que, al pasar un dedo sobre él, nos regalaba el oro de su polen. También siempre hay margaritas en mi jardín, aunque ya perdí la costumbre de preguntarles si me quieren mucho, poquito o nada.
Ahora, cuando florecen, como sé que a mi amor le agradan tanto como a mí, lleno jarrones con sus cabecitas blancas perdidas entre hojas de hiedra o de otros arbustos, combinadas con hojas rojas o veteadas de amarillo, para que sean mensajeras de mis sentimientos al ingresar a casa.
La vida enseña que el amor tiene muchos matices, pero que, fundamentalmente el amor de pareja, es una planta que debe regarse todos los días, pues de lo contrario se muere poco a poco. También se aprende que esta forma del amor se construye entre dos; no sirve que uno solo sea el que ame porque entonces se transforma en indiferencia o en sufrimiento...y deja de ser amor.
Me gusta el verde lustroso de sus hojas, formando matas; descubrir cuando van saliendo los tallos con los botones de las flores y verlos empinarse un poco más cada día hasta que comienzan a abrirse y madurar en la flor.
Me gustan los campos de mi provincia cuando se cubren de margaritas salvajes o las veo asomarse en las cunetas de los caminos salpicando de manchas albas el verde de las gramillas.
¡Margaritas de mis ilusiones! Ya no tienen que contarme sus secretos de amores...ya robaron mi corazón, mi apasionado corazón de eterna adolescente.
Haydée Norma Podestá

POR LAS ARENAS DEL TIEMPO

Mi mano de adolescente
hizo un nido en la tuya
mientras tu brazo amante
recortaba mi cintura.
Una luz fulgiendo ardiente
engrillaba las miradas;
cómplice del deseo, el cielo
confundía alma en alma.
Nuestros pasos desandaban
los arenales del tiempo...
Un rumor de fresca agua
cristalina, nos llamaba,
serpenteando su camino
el verde trigo ondulante;
profanando su tersura
me arrastraron tus huellas
hacia ese océano verde,
rumor de espigas soñando.
Nuestros pasos desandaban
los arenales del tiempo...
Corrimos los grávidos vientos
esperanzados de mieses;
descubriéndonos el suelo
entrelazando las bocas;
y fue una gloria esmeralda
rodar juntos por la hierba
para quedarnos muy quietos
abrazando los silencios.
Nuestros pasos desandaban
los arenales del tiempo...
Hicimos nuestra la savia
de la sangre y de la era
mordiéndome con tus labios
mis gemidos plañideros
y tu carne se hizo hombría
mientras besabas mi pelo
y yo estallaba de luces
y me tornaba un lucero.
Nuestros pasos desandaban
los arenales del tiempo...
Yo soy mujer por tu fuerza,
vos sos hombre por mi entrega...
Siguen relumbrando soles
verdes, los esmeraldas trigales.
Sigue mi mano en tu mano,
prisionera mi cintura.
Sigue mi boca en tu beso
y cautivas las miradas...
¡Y vamos desandando pasos
por las arenas del tiempo!

Haydée Norma Podestá