jueves, 23 de octubre de 2014

haydee norma podesta ... realidad y proyecciones: Serie : ESFERAS

haydee norma podesta ... realidad y proyecciones: Serie : ESFERAS

Serie : ESFERAS

Bianca en blanco...
...y negro.
Mis primeros trabajos de fotografía artística.
Profesor: Claudio Fibla
claudiofibla@hotmail.com
en face: Claudio Fibla- Rosario
Luna llena

La vida se derrama

Desestructuras



                                                       






 Amanecer del Universo







Punto de fuga



Anillos





En un cuarto de luna...



Génesis: Nacimiento



jueves, 16 de octubre de 2014

UNA NOCHE CUALQUIERA...

Una noche cualquiera
             despertaré a las sombras
             para robarle un beso
             al que mi alma nombra.

En un café cualquiera
lo esperaré ansiosa
para juntar las manos,
y unir las bocas.

     Una calle cualquiera
           recorrerán los pasos
           mientras vamos muy juntos
          en nuestro abrazo.

Una plaza cualquiera
escuchará requiebros,
los que junto a mi oído
me dirá quedo.

        Un día cualquiera                                                                                                 
              la vida entera
              nos cantará gozosa:
             ¡Ya no hay espera!

Cuando ese día llegue
me miraré en tus ojos,
se acabarán las penas,
descansaré en tu hombro.

       Recorreremos juntos
             nuevos senderos,
             y  gritaré al mundo
            ¡cuánto te quiero!

Haydée Norma Podestá

7/8 de enero de 2013
Derechos reservados.

viernes, 10 de octubre de 2014

PAPÁ, CONTAME UN CUENTO...


                            César Augusto Podestá  (1909-1957)


-¡Papá! Contame un cuento.
La niña se recuesta
sobre la almohada.
-Había una vez un duende...
La voz del padre
suena en la alcoba
y por la magia
de la palabra
se puebla el cuarto
con mil historias.
La voz del padre 
sueña en las sombras.
Por las paredes trepan
los personajes.
La niña ríe...
La voz delpadre
es el conjuro
para que dancen
la extraña danza
que los convoca
sobre la cama.
La niña llora
con sus tristezas;
con sus hazañas
sus dos manitas
se entrelazan;
rompe un aplauso, 
cascabelea la carcajada.
-Papá, quiero otro cuento.
- Tengo otra historia 
para mañana.
Duerma mi niña,
la arropa un ángel.
Le dejo un beso
sobre la frente.-
Tras el silencio
se ausenta el padre.
Con su bocaza
de queso y plata,
la luna espía
por la ventana-

La niña duerme...
Un hada rosa
le canta nanas.

Haydée Norma Podestá
Rosario, 29/8/14
En "Desde mis silencios"

martes, 7 de octubre de 2014

AGONÍA



Miró una vez más hacia el mar. Un mar tan invernal como la nieve que lo cubría todo. Un mar fantasmagórico. Con remolinos neblinosos danzando desde la superficie. Pensó en la atracción que ejercía sobre él y un aullido profundo surgió de su garganta.
Allá, no muy  lejos, el hombre escuchó el aullido y tomando su arma casi sin pensarlo, salió al paisaje nevado.
Como desprendidos de su cuerpo sintió sus pies moverse hacia el agua. Uno, dos, tres...cuatro pasos. La irrealidad desconcertante del horizonte se acercaba y se alejaba extrañamente.
Comenzó a olisquear el ambiente. El instinto para descubrir el peligro  se alertó con el olor que entraba por sus narices. El enemigo rondaba  cerca.
El hombre caminó hacia el mar. Vio la silueta casi diluirse entre la niebla. Maquinalmente apoyó el arma contra su hombro y disparó al bulto.
Algo gélido y amorfo le traspasó el cerebro. Trastabilló... El aullido del viento lo arrastraba a la orilla. Recordó otro tiempo y otro lugar cuando también se había sentido atrapado pero entonces, en la algarabía estival. Aquella vez, el canto roto de un grillo lo había sumergido en oleadas de calor insoportable… Ahora comenzaba a congelarse. En cuerpo y en espíritu.
El hombre miró al animal moverse con dificultad y se sonrió.
¿Qué le estaba pasando? Tenía la pesadez de una escultura de hielo, de un témpano glacial y puro... Si lo golpearan, sonaría como una copa de cristal.
¿Qué le estaba pasando?
No podía hablar, no se lo habían concedido. Era una especie inferior .Pero pensaba…Aunque no lo entendieran  pensaba y se repetía el mismo pensamiento  en su cerebro
“¿Qué me está pasando?                                                   
¿Qué torbellino me convoca?
¿Adónde me lleva el túnel en que se transforma esta espiral de neblinas?”
El hombre sintió el frío que le mordía el cuerpo y recordó el calor de la cabaña.
Uno, dos, tres...cuatro pasos. Y se dejó arrastrar cada vez más rápido. Giraba y giraba. Su cuerpo irradiaba una especie de luz blanquecina, cenicienta. Sintió que partículas luminosas atravesaban cada célula de su ser y lo convertían en un caleidoscopio. En un instante todo él era luz. Algo, como la aflautada música de cañaverales en las riberas de su infancia, se escuchaba. Elevándose cada vez más en el aire, llegó a tocar la nada.
Poco después cayó.
Sin el respiro de una transición. Como un negro títere roto.
Cayó.
Una nieve tan lisa como el mar lo recibió...muerto.
El hombre lo vio caer. Lo vio teñir de rojo la nieve. El rojo le recordó el fuego que ardía en la chimenea de su refugio.
Detrás del golpe seco de su cuerpo se habían apagado el fogonazo y el eco del estampido de esa arma que aún se estremecía  en las manos del cazador.
El hombre se volvió a la cabaña. Ni siquiera se molestó en levantar el cuerpo del viejo lobo muerto.

Haydée Norma Podestá
En "Mundo real...mundo fantástico", Granadero Baigorria, Acuarela, 2014.