martes, 28 de julio de 2015

BRINDIS EN OTOÑO



Preparé las copas
porque te esperaba.
Las secas hojas del otoño
me ilusionaban tu presencia,
presentida
intangible
imaginada
en largas noches sometidas
a la paciencia del tiempo...
el que se fue,
el que anhelaba
cada anochecer
y cada madrugada.
Preparé las copas
para tu regreso,
prometido
en la dorada estación
de nuestras vidas.
La que te traería
en el danzar postrero
del follaje mustio.
Tendí mis manos de ilusión
hacia el camino
y vertí el vino
para esperarte junto
al tintineo
de las copas,
del abrazo y de los besos...
Pero la muerte
apresuró las horas
y te ofreció ella
el último brindis
con un largo beso
entre el glacial invierno de su abrazo.

Haydée Norma Podestá
Rosario, 28/7/15

viernes, 24 de julio de 2015

Dueto: "La ciudad temida" Nelli Garay - "La ciudad que te enamora" Haydée Norma Podestá




LA CIUDAD TEMIDA

Hay una ciudad que me lastima,
huelen sus calles a pino fresco
aunque esté rodeada por el río.
Duelen sus carteles y su rostro,
la risa dejada en la vereda
de esas mujeres que no eran yo.

Hay una ciudad a la que temo
pues late cual golpe a contracara,
me arroja sin "reserva" al destierro
a su fin geográfico siniestro; 
temo los labios del que traiciona
como el beso de un Judas moderno.

Hay una ciudad que me lastima,
la misma ciudad a la que temo;
allí vive el hombre que yo amo
aunque él no respire en mi suspiro
ni esté en su destino mi silueta
como estuvo allí alguna vez.

Nelli Garay


LA CIUDAD QUE TE ENAMORA

Hay una ciudad que te enamora.
La frescura de sus calles largas
se enreda en la bruma de tu pelo.
En ella hay una voz que te reclama
con una canción de amor
para los días nuevos.

Hay una ciudad que guarda un beso
como un  tesoro que vendrá a tus labios
cuando dos brazos te encierren en su cerco.
Renacerá entonces en tus grises
el verde amanecer de la esperanza
que no sabrá de soledad ni llantos.

Hay una ciudad que cura heridas; 
aquella que en el futuro sueña
con el hombre que te espera amante.
El que enlace tu cintura y respire
el aliento de tu boca ardiente
para unir sus almas para siempre.

Haydée Norma Podestá





EL DÍA QUE EL JOVEN HIJO DEL LABRADOR PARECÍA MUERTO POR EL MONSTRUO NEGRO PERO EN REALIDAD SUCEDIÓ OTRA COSA.



El durmiesol ya  se iba poniendo…
Entre las hendirajas humedictas y treméndulas se apropicuaban las cópulas de los enraizados a la tierrácopa.. Los arbóricos devenían de los verdicolores a la negrisombra nocturnosa.
El lorerío se sincopaba miserabilemente.; no tanto ante los rugigritos que los asustábican sino ante la preséntila de aquel lorieco que disgregaba extrañaco munientimente
El tal loro se proclamábila “normal” y contábila siempre el mismo cuentitragedia.
Y los loriucos del lorerío lo escuchaban atierrosamente atierrados.
Él decía asisemejantemente:
“¿Qué pasaba cada atardecer?
Lo que pasaba…El viejo labrador se recogía temeroso e intentaba hacer desistir a su hijo de su locura”
Los loriéculos se observicaban sorprendidosos porque no manducabilan el lenguájile del loro…pero los escuchiabicaban  atentosos…
“¡Ay, el Dragón Negro! Ese monstruo que obsesiona. Más que todos los  peligros-monstruos de la noche.
¡Ay, hijo mío! De la espada decidida.¡Ay, el monstruo y la espada!¡Y los profundos pensamientos que esconde el miedo pensativo!
¡Ya resopla el Dragón Negro!
¡Ya el bosque se estremece!
¡Ya las burbujas del aire en su burbujeante andar se confunden!
¡Ya aparece el Dragón Negro!”
Y los loricuelos  acomodábulan sus cabecitas debajo de las álicas.
Ante la presencia del entintado personaje, la hoja indómita de la espada en la incontenible mano del joven corta a diestra y siniestra el aire. En un remolino de grise y sombras se desdibujan el monstruo y el joven…
¡Ay, mi hijo!, teme el viejo. ¡Ay, mi sangre! ¡Perdido está entre las garras del monstruo!...y estremece su cabeza con los latidos del aire mientras sus ojos se cierran par no ver el dolor.
Abre sus ojos el viejo, temiendo la furia del Dragón”
Los loricundios abren sus peculios asombriecados y suspendosos.
Abre su ojos el viejo .La sorpresa lo sorprende al no ver lo que espera.
¡Bravo muchacho mi hijo!¡Diste muerte al Dragón Negro!
Y la noche que se muere va desangrando el alboroto de llantos y de abrazos…
¡Qué día más fabuloso me regalas, hijo mío!...y en el abrazo se pierden…”
Mientricas en las humedictas hendirajas se apropiocultaban los lóricos asombraducolos, entre los rugigritos que estremecupaban  las cópulas de los arbicóreos enraizados a la tiérrica.


Haydiéecola  Nórmica Podestosa  ( “Haydée Norma Podestá”…según el lenguaje común del loro)

lunes, 20 de julio de 2015

SER



Me brotan de las manos
mariposas amarillas
y pájaros en vuelo.
Camino sobre el mundo
sin rozarlo,
en los misterios antiguos
de solitarios vuelos.
Soy a la vez
libélula y serpiente
para colar el nutriente
de mi sangre
por los intersticios de las rocas
y las venas del aire.
Voy descalza
sobre la desnudez escandalosa
de los cielos,
hollando las huecas grutas
del misterio.
Pulso este caminar que me contiene
en la germinal necesidad
de ser de nuevo
un alma en una piel
que he dado vuelta
y una presencia física
proyectada al universo.

Haydée Norma Podestá
 Rosario, Santa Fe, Argentina